Acuarios rápidos, acuarios lentos
Los progresos en cuanto a iluminación, sustratos nutritivos y adición de CO2 han permitido una revolución en el mundo de los acuarios plantados en poco más de un decenio. Si antes tener acuarios abundantemente plantados estaba sólo al alcance de unos cuantos aficionados, poco a poco, las mejoras tecnológicas han facilitado que, hoy en día, esta posibilidad esté al alcance de todo el mundo. A su vez, Internet y el acceso que éste propicia a compartir información e imágenes a nivel internacional, ha magnificado el alcance de los concursos sobre acuarios plantados que antes tenían sólo una zona de influencia más o menos local. De esta forma, muchos aficionados se han lanzado a preparar sus acuarios con montajes que participan en competiciones en las que concursan entusiastas de todo el mundo. Dado que estos concursos internacionales evalúan los acuarios en función de las fotografías recibidas, éstas se deben realizar en el momento álgido de la plantación: las plantas deben tener el mejor aspecto posible y apreciarse como bien asentadas en el acuario y debe mostrarse una composición equilibrada. En tanto que las plantas utilizadas en los acuarios de concurso son predominantemente de tallo, dado que permiten podas de formación y son más fácilmente controlables que las de roseta, el momento en que estas mostrarán su mejor aspecto suele llegar algunas semanas o pocos meses después de su plantación. Es el momento en el que los grupos son densos gracias a la poda, pero no se ven despoblados por la base, las tapizantes ocupan toda la superficie, pero aún no han empezado a solapar capas y su aspecto es plano y continuo, etc. Es en esta etapa en la que se puede obtener la mejor instantánea del acuario; a partir de ese momento la calidad estética posiblemente decaerá y si el fin de ese montaje en particular era la participación en un concurso, habrá acabado su razón de existir. Es en este contexto en el que se puede hablar de acuarios rápidos: son acuarios cuyos montajes están destinados a durar apenas unos meses, para ser desmontados tras llegar a su momento álgido. No se debe menospreciar el esfuerzo que conllevan y el efecto que consiguen los acuarios que se pueden observar en las diferentes competiciones, pero hay que tener también presente cual es el propósito de estos acuarios y que por lo tanto no son siempre los más recomendables como modelo a seguir para un acuario para el salón de casa. Estos acuarios no tienen que ser desmontados obligatoriamente, pero intentar mantenerlos a largo plazo, como si se tratara de un cuadro, es muy difícil. En especial las alfombras de plantas tapizantes, como es el caso de Hemianthus callitrichoides “Cuba” o Glossostigma elatinoides, tienen fecha de caducidad; llega un momento en que el tapizado es tan denso que unos tallos se superponen sobre los otros, tendiendo a que la base se vaya descomponiendo y se acabe con partes del tapizado, o incluso éste al completo, separándose del sustrato por la propia flotabilidad de las plantas. En estos casos sólo se puede empezar el tapizado de nuevo partiendo de esquejes de la plantación original. Con la mayor parte de plantas de tallo, la técnica de podar y esperar que los tallos rebroten también tiene un límite, ya que las plantas poco a poco se van despojando de las hojas más viejas desde la base, a la vez que la capacidad de rebrote de los tallos más viejos se va viendo limitada. Así, de vez en cuando hay que arrancar todo el grupo, replantando sólo los tallos más fuertes. Aunque a veces se aconseja ir sustituyendo progresivamente los tallos viejos y replantando los extremos, el que haya intentado entresacar los tallos viejos en una plantación densa sin arrancar a la vez los demás, tendrá bastante claro que es mucho más práctico replantar el grupo entero. Estos acuarios se pueden mantener siempre que se tenga presente que requerirán de renovaciones periódicas de las plantaciones. En este mismo sentido, no se puede esperar que un acuario de, por ejemplo, estilo Iwagumi, con una decoración a base de rocas sobre un tapizado, se mantenga en perfecto estado durante años; las plantas crecen y por lo tanto es inviable pretender detener en un momento determinado su aspecto.
Autor: Sergio Abellán
(lea el artículo completo en el Número 5 de la revista Rio Negro)