Estrellas de mar y afines
Habitualmente cuando nos referimos a los habitantes de un acuario de arrecife, pensamos en los peces y sobre todo los corales, sin embargo cuando observamos un acuario establecido desde hace tiempo, siempre hay una fauna complementaria que pasa en primera instancia inadvertida. Las estrellas de mar pertenecen a este grupo de exotismos, que además nos resultan unos perfectos desconocidos en cuanto a su biología.
INTRODUCCION Y GENERALIDADES
De nuevo, englobar a todas estas familias en un solo artículo, permitirá un acercamiento somero a los cuidados en acuario, pero, confiamos que después de leerlo, tengáis unas nociones básicas de sus necesidades.
Comenzaremos como es habitual, con las características generales de este grupo englobado en los equinodermos. Su aparición en nuestro planeta se remonta a unos 530 millones de años, dentro del periodo Cámbrico, de este se conserva un número muy limitado de fósiles, muy parecidos a los actuales Endroxocinus de aguas profundas. Ya en épocas más recientes, del Jurásico y cretácico, los fósiles se multiplican en cantidad y variedad, apareciendo multitud de familias fácilmente reconocibles en la actualidad.
Hoy día se distinguen dentro del filo Echinodermata mas de 6000 especies divididas en seis clases: Crinoidea, Asteroidea, Concentryclycloidea, Ophiuroidea, Echinoidea y Holoturoidea.
En este artículo nos ocuparemos específicamente de los crinoideos y asteroideos, las famosas y archiconocidas estrellas de mar, pero ¿realmente son tas conocidas?, sin lugar a dudas, no, no al menos por aficionados y personas ajenas a la biología marina.
Todo este filo y sobre todo las estrellas de mar, son de largo, el grupo animal más extraño y singular de todos los actuales. Esta afirmación tajante la iréis comprendiendo conforme avancéis en la lectura.
Creo que todos sentimos un sentimiento de curiosidad innato y casi ancestral, cuando contemplamos una estrella de mar, no conozco a nadie que en algún momento de su vida ante las primeras visiones de una, no se haya quedado absorto. Los niños pequeños son el ejemplo más claro, y son los principales clientes de los estanques toca-toca en los acuarios públicos, cuando tocamos a una estrella de mar, su tacto áspero, sus brazos, su manera de desplazarse casi levitando, su falta de rostro, las hace realmente diferentes y nos descoloca en la comparativa con cualquier otro animal. Enseguida nuestra mente hilvana pregunta tras pregunta estimulando nuestra curiosidad.
La principal pregunta es: ¿Cómo este animal, lento y torpe, sin ojos ni defensa aparente, logra sobrevivir?
Después de 500 millones de años, y como hemos comentado antes, sus primeros ancestros no han evolucionado prácticamente nada, increíble, y solo explicable gracias a su enorme especialización, todo su organismo es un compendio de sencillez donde no hay ningún órgano superfluo y ningún gasto energético fútil. Si añadimos que la mayoría de especies tienen su biología parecida, también hemos de decir que adoptan sistemas de alimentación muy diversos, pudiendo morar aguas superficiales y fondos abisales en función del alimento disponible, en definitiva, posiblemente son el escalón más alto de la perfección animal que se conoce.
Esta capacidad de adaptación, sin embargo, se halla limitada a las aguas marinas, todos sus generos solo medran en estas, desconociéndose ninguna especie en aguas continentales, el porqué de esto, resulta difícil de contestar, quizás su sencillez y el enorme éxito en el primer medio donde se desarrollaron, no las ha obligado a continuar evolucionando hacia aguas dulces.
Autor: Pedro Siles. Fotos: Àngel Cánovas.
(Lea el artículo completo en el Número 8 de la revista Rio Negro)