Hidrófitos, las plantas acuáticas en sentido estricto

Plántas acuáticas
Entre las plantas cultivadas en los acuarios, se pueden distinguir dos grupos principales, los hidrófitos y los helófitos. Los hidrófitos son plantas que se desarrollan obligatoriamente en el agua, con la totalidad de sus órganos sumergidos o en la superficie del agua, mientras que los helófitos son plantas que crecen ligadas a ambientes acuáticos, pero con la mayor parte de sus órganos, es decir tallos, hojas y flores, por encima del agua. Mientras que, como se verá más adelante, la lista de hidrófitos es relativamente reducida, los helófitos son un grupo más numeroso (y que será objeto del próximo artículo) y que se cultiva como sumergido en acuarios aprovechando su capacidad de desarrollarse en estas condiciones gracias a su adaptación a las épocas de lluvia de sus hábitats naturales, en las que quedan temporalmente bajo el agua.
Los hidrófitos fueron las primeras plantas cultivadas en el acuario y muchas de ellas aún siguen siendo especies comunes y de las más conocidas entre los aficionados. Por su propia naturaleza son las especies más lógicamente adaptables a las condiciones del acuario, mientras que, por su parte, los helófitos han tenido una introducción más paulatina, que en muchos casos ha venido dada por un proceso de ensayo y error que ha permitido ir conociendo qué plantas se adaptan mejor a unas condiciones de cultivo sumergido permanente.
Los hidrófitos más conocidos pertenecen a la familia Hydrocharitaceae, que recibe el nombre de una planta europea, el mordisco de rana (Hydrocharis morsus-ranae) que lamentablemente es cada vez más difícil de encontrar en las zonas húmedas de la península ibérica. Esta familia agrupa a géneros que a primera vista parecen muy poco vinculados entre ellos como Egeria, el propio Hydrocharis o Vallisneria, pero que observando en detalle su floración se puede advertir que, salvando las diferencias en tamaño, en estructura son muy similares entre ellos. Dentro de esta familia también se encuentran otros géneros que son cada vez más conocidos por los aficionados, como es el caso de Blyxa, Lagarosyphon, Najas, Limnobium o Hydrilla y también alguno con bastante historia detrás pero muy complicado de ver cultivado debido a su dificultad, como es el caso de Ottelia.
Autor: Sergio Avellán
(lea el artículo completo en el Número 3 de la revista Rio Negro)